CARACTERÍSTICAS SECTARIAS ¿DE UNA IGLESIA? (Primera Parte)



Hace unos años un pastor reconoció en medio de una charla: "Mi miedo más grande es convertirme en una secta".

La frase, en su contexto, hacía referencia a su temor a encerrarse en actividades propias de la iglesia-institución, olvidando la responsabilidad cristiana para con el mundo.
Sucede que, aunque esto sí es un rasgo propio de algunas sectas, una iglesia puede tener características (o principios) sectarios mucho más serios y tal vez menos evidentes. 
Te invito a repasar y revisar algunos componentes característicos de las sectas en general que pudieran haberse infiltrado en las prácticas y creencias de nuestras iglesias.

¿PUEDE UNA IGLESIA SER UNA SECTA?

Creo que sí (conocía algunos ejemplos). Pero estoy seguro de que no sucede con frecuencia, y cuando así pasa, esta puede ser claramente reconocida; expuesta incluso por el cristianismo que no tardará en denunciar esta realidad.

También es cierto que hay sectas que se auto denominan "iglesia cristiana", pero en realidad no lo son, nunca lo fueron, ni ha sido su interés. Igual que en el caso anterior, ciertamente la verdad saldrá a luz y será claramente notorio su pecado, la tarea apologética se orienta precisamente a esto: distinguir el cristianismo genuino de los engaños del Adversario.

¿QUÉ ES UNA SECTA?

No es sencillo definirla. La palabra proviene del vocablo latín "secare" que significa cortar, sectar. Históricamente se ha definido una secta como: Un grupo disidente de la religión oficial, que cuestiona uno o más de sus dogmas.

Esta definición nos resulta demasiado estrecha; y creo que es más práctico notar algunas de sus características para reconocerlas.
Por lo tanto, vamos a mencionar rasgos propios de una secta y, al mismo tiempo, pensaremos en qué medida esas características aparecen en nuestras iglesias.

UNA FUENTE DE AUTORIDAD APARTE DE LA BIBLIA
Gálatas 1.6-10

Ya sea una fuente completamente ajena a las Escrituras, o una que comparta con ellas un lugar preferencial como norma de fe y conducta de un grupo y de sus individuos, el primer guiño para identificar una secta es que no reconoce (en la teoría o en la práctica) a la Biblia como autoridad absoluta, guía inquebrantable e innegable de lo que se cree, de lo que se piensa y de cómo se vive.
De este principio se desprenden todos los demás.

Como dijimos, esto puede darse de manera teórica -doctrinal- o de forma práctica. 

La primera es cuando un grupo reconoce abiertamente que sus creencias se basan en un libro sagrado que no es la Biblia, o que además de ella también aceptan como inspirados otros escritos, que pueden ser textos antiguos o interpretaciones modernas de alguna persona que dice estar iluminada y haber sido elegida de manera exclusiva con ese fin (compara 2 Pedro 1.20).

La segunda es cuando un grupo confiesa que la Escritura es la Palabra de Dios, pero en su vida cotidiana y en su forma de ser iglesia recibe influencias de otras fuentes y estas no son comparadas ni evaluadas con las verdades bíblicas. Aquí suele darse lugar a las experiencias personales de algunos de sus miembros, especialmente de sus líderes, como palabra normativa y en general (al contrario de lo que enseña el texto de Gálatas) interpretan la Biblia a partir de esas experiencias, y no las experiencias a partir de la Palabra.

UN GRUPO AISLADO DE OTRAS COMUNIDADES DE FE
1 Juan 1.19

La unidad práctica de la iglesia de Jesucristo no es una opción. El mandamiento es amarnos y tolerarnos, la oración de Jesús fue para que seamos uno. El primer concilio de la Iglesia (Hechos 15) surge de la necesidad de preservar la unidad del cuerpo a pesar de las diferencias entre judíos y gentiles.

Cualquier grupo que confiesa que Jesucristo es su Señor sentirá la necesidad (por el mismo Espíritu de Cristo) de compartir con otros creyentes. Las diferencias nunca fueron una excusa que Dios acepte, de hecho Pablo llama la atención de los Corintios advirtiéndoles que no saben mantenerse unidos porque son inmaduros espiritualmente (Lit. carnales).

La única excepción para justificar y aceptar la división de una iglesia es cuando se trata de doctrinas centrales de la fe cristiana: La divinidad de Jesucristo, la Trinidad, la Inspiración de las Escrituras, la existencia del cielo y del infierno, la justificación mediante la fe y las demás.

Es una característica propia de una secta aislarse de otras comunidades de fe y negarse a compartir con ellas usando cualquier argumento que no esté respaldado por la Palabra.

ABSORBE A LOS MIEMBROS (GENERANDO UN QUIEBRE EN SUS RELACIONES)
1 Timoteo 4.3

De manera progresiva y difícil de identificar el grupo (y especialmente sus líderes) generan una relación de dependencia entre sus miembros que los lleva a dedicar su vida casi por completo a los proyectos y actividades de la organización. A veces esta absorción se nota porque una persona pasa demasiado tiempo en las reuniones y eventos descuidando a su familia, su salud personal o incluso el trabajo.

En otras ocasiones un miembro puede no invertir muchas horas o esfuerzo en dichas actividades, pero notará que sus relaciones con personas que no pertenecen a este grupo son mínimas y hasta inexistentes. El entorno al mismo tiempo observa que esta persona ha cambiado sus formas y es común que ya no encuentren motivación para compartir tiempo juntos, en general descubren que prácticamente no tienen temas de conversación; quien ha sido absorbido por una secta (o está en camino) sólo sabe hablar de lo que sucede en su "culto".

Hay sectas que evidentemente aíslan a sus miembros (llevándolos a vivir en un recinto aparte), incluso dentro del cristianismo hubo un movimiento llamado "monasticismo" que contemplaba que apartarse del "mundo" era la forma de vivir en santidad para agradar a Dios y designaron lugares (monasterios) donde construir una comunidad apartada.

Está claro que tal no es una práctica que Jesús enseñara -mucho menos que fuera parte de su vida-; ni ha sido una doctrina de los apóstoles, o de los Padres de la Iglesia.

PRACTICAS SECRETAS
Juan 3.19-21

Las sectas en general conservan una serie de prácticas (muchas o pocas, no importa) que sólo deben llevarse a cabo dentro del culto; bajo la supervisión de los líderes designados; con elementos, estructura, formas e incluso rezos específicos.

"Estas prácticas", enseñan, "no deben darse a conocer fuera de este círculo y están veladas para quienes no han sido iniciados en la doctrina". Además deben seguirse al pie de la letra sin alterar sus componentes.
Así los miembros tienen prohibido dar a conocer lo que se hace, esta prohibición estará acompañada -por supuesto- de castigos o penas para quienes no apliquen las disposiciones.

En casos extremos la participación en estas actividades puede ser un requisito innegable para recibir la salvación que la secta promete (vida eterna, prosperidad, sanación, lo que fuera). En situaciones menos radicales, las prácticas secretas constituyen una condición para servir o participar del culto, incluso para subir de grado o nivel.


Hasta aquí la primera parte sobre este tema. Espero que con una actitud humilde y responsable pensemos en nosotros mismos y evaluemos si alguna (o algunas) de estas características están en nuestras formas de ser y entender a la iglesia.

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